miércoles, 10 de septiembre de 2008

¿Que es saber hablar?

Del buen o mal uso del lenguaje dependen muchos éxitos o fracasos en todos los ámbitos, ya que se impone el dominio de la palabra. El saber hablar siempre se ha entendido como un elemento diferenciador de clases, una señal de poder socioeconómico, de prestigio sociocultural, de buena educación, quien sabe hablar obtiene beneficios y reconocimiento, ya que el modo de hablar es una vara de medir la profesionalidad del individuo su actividad laboral.

La capacitación o competencia comunicativa es la base para saber hablar e este universo global, el conocimiento preciso de la intención comunicativa y de sus características reflejan la competencia lingüística y la competencia pragmática, es así una manera de lograr comunicarse de manera optima. Saber hablar no es un don, no proviene de ninguna cualidad innata; para hablar bien solo se necesita un entrenamiento y en sayos continuos.

Saber hablar es ser cada vez más conscientes de la existencia de los mecanismos y tácticas lingüísticas de persuasión, saber hablar es legar a adquirir habilidades argumentativas y ponerlas en práctica. Saber hablar es ser capaz de enfrentarse verbal y extraverbalmente no solo ante un público poco activo, como al que asiste a una conferencia o a un mitin; es también y; sobre todo, saber preparar y saber ejecutar los discursos ante cualquier oyente o grupo de oyentes con los que se pretende interactuar.

Saber hablar no es solo llegar a articular sonidos de modo más o menos coherente. Saber hablar es una actividad natural, además de una cualidad intrínseca esencial y común al ser humano, pero hacerlo bien requiere de la educación del habla, de un buen entrenamiento. Hoy más que nunca saber hablar bien se convierte en una necesidad. No siempre el que habla correctamente sabe hablar e contexto, los que hay que son pulcros al emplear la gramática, pero cometen errores de adecuación situacional.

No se habla ni se debe hablar del mismo modo siempre, en realidad suele suceder que nadie escribe como habla, y nadie habla como escribe, pues son dos realizaciones o modos de comunicarse diferentes, quien escribe o lee lo escrito aumentara su capacidad de expresión oral y asimismo quien no pone cuidado en lo oral también maltratar la palabra escrita. La justicia en el uso de las palabras se mide por la relación a la situación de comunicación al género discursivo.

Escuchar es una palabra clave para saber hablar, pues no hay mejor orador que el que sabe prestar atención al otro cualquier discurso es eficaz si llega al público, si las estrategias utilizadas son capaces de captar primero y de mantener después el interés y de la atención de este.

Si uno tuviera todo el tiempo del mundo para decir algo, no tendría oyentes no habla bien el que no dice nada o el que convierte su habla en juego floral. Los malos hablantes, suele confundir a la gente con palabras grandilocuentes, con neologismos, con alargamientos innecesarios. No habla bien quien no transmite los contenidos a os que escuchan, por tanto, saber hablar bien es tener claras las ideas que se desean transmitir y ser claro y preciso e la elección lingüística, en la palabra dicha y , por ende, en la exposición de esas ideas.

El éxito o el fracaso de un discurso se debe con frecuencia al desorden en la transmisión de las ideas, a una escasa ordenación de estas o a una mala ordenación. Existen varios tipos de ordenaciones, más o menos adecuadas a las circunstancias de la comunicación y a ls géneros del discurso, pero estas coinciden en un mismo objetivo: las ideas se disponen de un modo u otro para llegar a una conclusión. Y además, tienen un principio y un final. La ordenación de cualquier discurso responde a las distintas fases en que puede quedar dividido. Todo el mundo sabe y conoce la división clásica en tras partes: inicio, nudo y desenlace. Habla bien quien es claro a articular y producir el habla, la claridad de los buenos oradores se refiere ahora a la fluidez articulatoria, a la buena pronunciación, combinad con el tono la entonación, la intensidad, el ritmo, la melodía, entre otras.

No sabe hablar quien no tiene un buen dominio de la entonación y de los elementos prosódicos en general, es preciso señalar la relevancia en la producción del discurso de la comunicación no verbal de los gestos y de las posturas. Sabe hablar bien quien hace un buen uso de los gestos y los movimientos del cuerpo, saber hablar es también mantener la distancia física con nuestro interlocutor, la afectividad debe estar presente de manera especial en los principios y finales de cualquier intervención oral.

Mantener y aumentar nuestras relaciones interpersonales, aproximarse verbalmente a quienes nos escuchan es favorecer el éxito de la elocución, la actividad cortes consiste en la búsqueda de un equilibrio en la protección y maximización de las imágenes del yo y el tú, pues las relaciones sociales y los estilos negociadores pueden variar de cultura a cultura y así también el modo concretamente de ser cortes.

Lo dicho puede explorarse a cualquier tipo de interpretación por lo que debe destacar la importancia de tener en cuanta esas diferencias interculturales, todo ello a pesar de que cada comunidad discursiva, y la empresarial lo es, crea su propia cultura nacional y multinacional. Para hablar de modo adecuado hay que someterse a esas convenciones dentro de cada cultura y sociedad.

Del dominio mayor al dominio menor de las convenciones sociales a la hora de interactuar depende el éxito de la consecución de nuestras metas, al hablar intentamos siempre lograr la aceptación y el acuerdo del otro. Nadie puede hablar por hablar, siempre hay una meta que lograr, aunque solo sea de mantener las relaciones sociales o la buscar una mayor interacción con el grupo social. En suma el buen discurso es el que logra ser eficaz y eficiente desde el punto de vista comunicativo mediante la corrección gramatical y la claridad de las expresiones verbales.

José Manuel Chacón.2008. Táchira Venezuela. Derechos reservados.

No hay comentarios: